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20 de Abril, 2009 · General

El nuevo Perfil de Raúl Alfonsín.

Publicado en Visión Iberioamericana/Miami/EEUU

 

 

El otro perfil de Raúl Alfonsín.

Por Marcelo Cosin, desde Buenos Aires.

 

Nota de la redacción: Marcelo Cosin tiene 67 años y casi medio siglo dedicado a las comunicaciones públicas. Periodista, publicitario, docente universitario. En 1983 junto a David Ratto y Gabriel Dreyfus dirigió la campaña publicitaria del doctor Raúl Alfonsín que permitió que accediera a la presidencia de la República Argentina en elecciones libres el 30 de Octubre de 1983. Desde el 10 de diciembre de 1983 y hasta el 31 de diciembre de 1987 Cosin fue consultor del presidente Alfonsín en comunicaciones estratégicas. Su curriculum vitae menciona la participación reiterada en campañas políticas en Latinoamérica, así como un centenar de conferencias, cursos y seminarios dedicados al marketing político y la construcción de marcas.

 

No se iba a morir nunca. Era “casi” inmortal. Hace unos pocos años salió despedido de un una camioneta por el parabrisas y “resucitó” 30 días después. En ese momento su carrera política estaba más que estancada: estaba muerta. Pero él no. Y gracias a esa tragedia con suerte, a ese accidente que parecía se lo iba a llevar para siempre y sin otra repercusión que el llanto de su familia, consiguió que miles y miles de personas hicieran cadenas de rezos y oraciones y poco después más sano y lúcido que un “pibe” de cuarenta, ganara las elecciones a senador por la provincia de Buenos Aires. Alfonsín, como el Ave Fénix, (el Ave Fénix se consumía por acción del fuego cada 500 años, y un Ave Fénix nueva y joven surgía de sus cenizas), volvía siempre mejor de lo que se había ido.

 

Pero esta vez, se murió. Relativamente. A menos de 90 días de las próximas elecciones legislativas, la partida de Alfonsín hacia el más allá, produjo más efectos políticos que si hubiera estado vivo. Apenas unas horas después de las 20.30 del 30 de marzo en que suspiró por última vez, conseguía que el vicepresidente de la nación, Julio Cobos, a cargo del poder ejecutivo hablara por teléfono con la presidente Cristina Fernández, después de haber pasado meses sin dirigirse la palabra. Consiguió, también, Alfonsín muerto, que el radicalismo (su partido la UCR) reabriera las posibilidades de ver incrementado su caudal electoral. En tercer lugar, con su muerte, Alfonsín, consiguió congregar a más de cien mil personas que lo vivaran lloraran y aclamaran. Algo que causó la envidia de más de un político opositor, incapaz de juntar a cinco mil fans.

 

Ahora Alfonsín es, desde la tumba, el Padre de la Democracia. También, para muchos, el mejor presidente desde la democracia instaurada en 1983. Para otros, no menos, un héroe que lo coloca con Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón en el trío político más mentando de esta región. No es poco. No es poco para un ex presidente que se tuvo que ir seis meses antes que terminara su mandato presidencial por culpa de un llamado “golpe de mercado”. En otras palabras una presión de Menem y compañía para que Alfonsín renunciara y se fuera “como un cobarde” al decir de algunos peronistas y otros no tanto.

 

Un buen adjetivo calificativo para don Raúl es el que la mayoría de los políticos hipócritas del país suscribieron estos últimos días: HONESTO.

 

No robó ni se guardó un solo centavo del estado. Y si algo no le interesaba era el dinero. Pero sí el poder. El Poder, diría, con mayúsculas.

 

Ningún político, y Alfonsín era un político, podría decir sin mentir que primero ama la patria y después a sí mismo. No se puede ser político sin un mínimo (que generalmente es un máximo) de egocentrismo, de narcisismo.

 

Alfonsín, como casi todos, estaba pendiente de la cantidad y la calidad de cariño que el pueblo le dispensara. Ganar en política es saber que los demás lo quieren, que mueren por él. Por eso, muchos lamentan que se haya ido sin ser consciente de la demostración de cariño que le dispensaban colegas, militantes, mujeres, hombres y niños a ese cuerpo inerte, vestido de presidente en ejercicio, con bandera, banda y bastón de mando.

 

Alfonsín fue uno de los pocos presidentes que usaba el bastón de mando cotidianamente. O por lo menos, para él, no era meramente un símbolo. El 1987, esperando los resultados de elecciones, y sabiendo que las cosas no iban bien, se paseaba por la sala de situación de Olivos (residencia presidencial), con ese bastón de mando que pasaba por entre los respaldos de las sillas de sus colaboradores en una clara señal de rabia.

 

Alfonsín era valiente, muy valiente. Pero como todo ser humano tenía o sentía miedo. Una noche, preparando el famoso discurso de la “economía de guerra”,, Alfonsín estaba a solas con quien esta nota escribe:

 

Marcelo: ¿no se anima Presidente a un párrafo que desenmascare a la continua amenaza de golpe militar?

Alfonsín: Pero qué decís…eso es lo mismo que provocar el golpe.

Marcelo: O al revés…ponerlo en evidencia, desacreditarlo…

Alfonsín: (en voz baja)¿ Pero vos sabés quién está detrás de esa puerta? … es el militar que está a cargo de la seguridad de la Residencia … es el tipo que todas las noches me dice: señor presidente Buenas Noches. Sin novedad en la Residencia presidencial. ¿Y sabés qué pienso yo?...que un día de estos me pone un revólver en la espalda y me dice…esta es la novedad… marche preso.

 

Para mucha gente Alfonsín fue no solo socialista (no lo era), sino que para los más reaccionarios era COMUNISTA. El otro perfil de Alfonsín, el que nunca estaba a la vista ponía de relieve lo que era realmente. Alfonsín era, fue…lo sigue siendo, un REFORMISTA. Un progresista, pero no tanto. Un reformador. Alfonsín era PACIFISTA. Era LEGALISTA. Y era, profundamente, cálido, buena gente, cargado de buenas intenciones.

 

En poco tiempo una calle, una avenida, una plaza, llevará su nombre. Seguramente, dirá Raúl Ricardo Alfonsín, Padre de la Democracia.

 

Pero a él, lo que más le gustaría escuchar es una verdad absoluta:

 

El primero que les rompió el culo al peronismo, fui yo, yo, yo.

 

En el mundo de la política –espectáculo, lo que vale es ser primero y único.

 

Marcelo cosin

publicado por marceloccinco a las 18:12 · 1 Comentario  ·  Recomendar
Comentarios (1) ·  Enviar comentario
Gracias Marcelo por esta nota y por tanto!
Realmente te admiro...
publicado por gabriela fernanfez sanchez, el 03.12.2009 20:53
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